domingo, 30 de marzo de 2008

Colores de la India






sábado, 29 de marzo de 2008

Sueños en rodajas.

Eran las dos de la mañana y fue cuando respire un grito de irresponsabilidad. Era mi hijo que me habia despertado. Debia ser que hacia unos quince minutos debia estar llorando por que lo estaba haciendo con mucha intensidad. Quizas tenia hambre, o frio quien sabe ? No imoporta, tengo que ir a socorrerlo, mi amor. Ni siquiera me puse un calzado. sali, sin importarme la insensibilidad del marmol que se reia a carcajadas de mis pies ingenuos. Me despabile los ojos de tres manotazos. Y fui. Fui. Llegue al pasillo. Oscuro, con la calidad de mis sentidos , y de conocer mi casa tanto como mi propio cuerpo. Fue cuando me pregunte que era lo que estaba haciendo. A quien carajos iba a dar de comer o tapar? En la mitad del camino me habia dado cuenta de que estaba solo en la casa. Como tantas veces.


Estaba teniendo un dormir esponjoso, cosa poco usual en estos dias de colchon duro. La luz apagada del silencio perfecto, una nube de polvo en mi cien. Transpire incienso por la noche, dormi. Sueño profundo, habilitador de percepciones.

Invalido de pereza, su brazo izquierdo muerto sobresaliendo de la cama sosteniendo un cigarro armado. La mano derecha marcando pulso con el encendedor en su pecho. La mirada en el techo, y la luz que entra por el unico hueco que presta la cortina.
Cuantos inviernos tenia ese colchon. Explotaron los vidrios de la ventana de repente, me sobresalte. Las esquirlas revolvieron mi piel. Un pedazo de vidrio en punta se lanzo en mi ojo con la presicion de un misil.
Me volvi a despertar en medio de la noche, mojado, inspirado en tinieblas. Como para escribir mas adelante.
Cierra los ojos. Vuelve a dormir. Ahora es ella la que sueña.

viernes, 28 de marzo de 2008

Sidbari











De cuando fui a ver al Karmapa.

jueves, 27 de marzo de 2008

India Querida

India es un vagabundo sucio y roto que te abraza con manos llenas de tierra. Y que apenas llegas te produce miedo, agobio y no entendes por que ese viejo todo sucio te sonrie. Te dejas abrazar. Al cabo de los dias el abrazo que en un principio era una plegaria de desconfianza , se torna calido, tan calida como la panza de mi madre. Y te das cuenta de lo savio que es ese viejo y de lo limpio que esta, de que sus manos no tienen tierra, sino las llagas de la experiencia. De que supo asumir el hambre, el miedo y la soledad.
Una vez que te suelta. Queres buscarlo en todos lados. Cada ciudad es una parte de su cuerpo y queres encontrarlo, pero ese encuentro es unico, sucede solo cuando llegas.
Y ahora tengo planeado seguir buscando ese primer abrazo. En distintas ciudades. Por que amo su mugres, sus porquerias, llenas de cosas lindas. Y por sobre todo sus paisajes eternos. Que son la culminacion de la belleza.
La noche que estaba en la baranda del balcon, perdi la nocion del tiempo. No sabia cuando habia llegado, no sabia hace cuanto que vivia aca. Pero si sabia profundamente que este sitio alguna vez fue parte mia. Senti como se desparramaron mis genes, mis genes virtuales, para ser mas didactico, por que geneticamente no tengo nada hindu. Senti que yo ya habia habia sido parte de este lugar, que alguna vez fui un ninio que crecio aca. Realmente yo vivi aca. Y ahora vivo otra vez aca. Todo cerro el circulo, nunca le tuve miedo, y todo me parece muy familiar. Nada es raro para mi. Y es por eso que todavia sigo buscando a la India. Es viejo que me abrazo sin ningun compromiso y con la mirada cautiva.

martes, 25 de marzo de 2008

La cascada de Bagshu




domingo, 23 de marzo de 2008

jueves, 20 de marzo de 2008

Mc Leod Ganj











Estaba dentro de la prostesta de la gente tibetana y derrepente entre en confusion.
Este lugar esta repleto de belleza, pero a la vez de mugre, lleno de riquezas, de pobrezas, de mucha paz y de una guerra. Creo que mi cerebro o mi estado animico no pudo con tanta informacion. Y me largue a llorar, sin poder parar. Es muy intenso todo lo que estoy viviendo, muy gratificante, hay mucho de que aprender y eso me gusta. Me gustaria poner un video pero nose puede por que estoy en un ciber y no reconoce los archivos de video.
Me pone la piel de gallina ver a los tibetanos en prostesta, contra la injusticia, la opresion de China, nose si a occidente llega mucha informacion , pero aca se ven fotos de una masacre con mas de 100 muertos. Realmente es admirable ver como los exiliados reclaman su soberania en forma pacifica dia a dia.

lunes, 17 de marzo de 2008

paseo en ricksha por nueva delhi

viernes, 14 de marzo de 2008

NOTICIAS DE LA INDIA

LLegue ayer despues de unas 15 hroas de avion supongo, lo mio nunca fueron las cuentas . , y en este caso voy a dejar un poco de lado tambien la ortografia, ya que en primer lugar no puedo pasarle el corrector, ya que el esta todo en cualquier idioma, .y en segundo lugar no tengo mucho tiempo.
El aeropuerto es algo que no imagine , como todo lo que vino despues,. se parecia mas aun hotel 2 estrellas con aviones afuera. Despues de ahi ya un poco colocado por los olores de xtrania procedencia, llegamos a las 2 am a pahar ganj , la zona to top turistica(entiendase un poco mas feo que liniers a las 3 am) y con el plus de tener vacas en la calle, perros , y algun indio loco con su rickshaw haciendo noseque, algun turista ide cualquier parte, econ antojp de una cervezacon r,astas y esas cosas que les gusta a la mayoria de los que viene a este lugar tan impactante,.
Nos fuimos a un hotel ( en el que mi hermano regateo y baj'o 100 rupias) en total seria a 5 euros entre los dos, sisi muy barato, pero nsolo habia unas sabanas nada para taparse, bueno si una frasada que descarte desde un primer momento, la presencia de esa sabana con restos de algun amor viejo sin lavar me dio un poco de cosita, auqnuq con el cansancio que tenia pude dormir tranquilo, no sin levantarme con un poco de molestia, con ganas de hacearme rapido, pero con el desinteres de no tener una ducha como la gente, y bueno ademas...por que cuando nos levantamos no habia luz, otra ofrenda de este hopitalario mundo. Esdtoy contento, estoy aprendiendo mucho, y en cuanto pueda voy a subir fotos, pero nose cuando , por q no se como subirlas, y cuando tenga el momento de tranquilidad , ya que estoy un poco tenso, pero es normal, todavia no puede caminar tranquilo sin que me quieran vender algo, pedir etc etc...
aah me olvidaba , tambien hace calor, cosa que no sie4ntoo hace nuchoo, neceisitaba un poco este calor humedo similar al de bs as. siento que mi cuerpo esta un poco ahi tambien, auqneu muy lejos. hace mucho que no andaba en rem

miércoles, 12 de marzo de 2008

martes, 11 de marzo de 2008

Viajeros




De lugares y rumbos distintos, o no tanto.

viernes, 7 de marzo de 2008

Tierras extrañas

* texto escrito antes de conocer India

Pude ver una foto en blanco y negro, mi vista se contagió de grises. Algo misterioso encontraba en ese sitio, era un desborde de caras, casi demencial. Jamás me hubiera imaginado esa cantidad desmesurada de gente que caminaba abstraída y veloz, en cualquier dirección. Cada uno emitía un ruido, un sonido, un grito, en pos de vender una prenda, una comida, de tocar un bocinazo, de cantar.
Había mucha tierra, mucho marrón. Mucha seda volando al viento. Mucho calor.
Me resultó raro que era una locura generalizada que convivía en armonía. Como aquellos cuentos fantásticos que terminan siendo creíbles, verosímiles, por que dentro de su lógica increíble se halla un sentido. Lo mismo pasaba con este gran lugar. Estaba viendo cosas nuevas, cosas que no pertenecían a mi historia personal, que nunca me hubiera imaginado, o si, pero no de este modo. Y solo me resultaba creíble por que lo estaba viendo. No es que fuera alguien con tendencias escépticas, pero había que estar ahí para creer lo que estaba viendo.
Estaba esperando en la parada del bus, esperé media hora más o menos, y no se si era un efecto alucinatorio, por la sobredosis poblacional, o si realmente cada vez me parecía ver mas gente. Miradas infinitas, cada una merecedora de una fotografía. Por momentos parecían todas dirigirse a mí. Mi dulce paranoia me hizo reflexionar que lo raro de ese lugar era yo, la locura pertenecía a mí. Al fin y al cabo yo era el que llevaba las ropas raras, una mochila llena de cosas de otro universo, mis rasgos distintos (o no tanto). Yo fui el que percibió la locura generalizada, pero después de estar 30 minutos esperando el bus ya estaba empezando a cambiar de opinión. Todo era normal, solo que distinto. Se vivía de otra forma, nada más. Y era de lo más encantador. Siempre me llamó la atención lo nuevo, la pugna por lo 'no rutinario'. Y esto era mi pico máximo. Y a pesar de que yo sabía que tenía una búsqueda en contra de lo monótono, en contra de lo rutinario, procurando lo nuevo, también sabía y estaba seguro de que mi búsqueda se había transformado en rutina hacia unos años. Que contradictorio era, pero ya lo había aceptado. Uno no puede negar sus conductas, no manejamos con ciertas acciones repetitivas todos los días, hay algo en nuestra estructura que nos lleva a los mismos finales, a los mismos actos y algo realmente difícil de cambiar, pero que no es imposible.
Dejé reflexionar, de un movimiento hice recaer el peso del cuerpo en la otra pierna. Estaba podrido de estar parado. Volví a meterme en este nuevo mundo. EL bus no llegaba más y no podía dejar de disfrutar mi cansancio, todo el humo de los demás camiones se fue metiendo poco a poco en mi piel, formando una sustancia horrible de sudor y contaminación humana. Me sentía pegajoso, tenia ganas de escupir, pero realmente no había espacio para eso. Miré al derredor, y al lado tenia una vieja, de rasgos chinos o de esa zona –no se-, más bien tibetana. Los ojos los tenía diagonalmente hacia abajo. De manera que su rostro tenia físicamente la incapacidad de demostrar enojo a través de una expresión. Menuda virtud rescaté desde un flash. Guardé la cámara rápido. Pasó a altas velocidades un 'rickshaw' frente a mis narices, un triciclo con una cabina atrás. Sin más rodeos, era un taxi, distinto pero con la misma función. Y a pesar de que todo parecía en desorden creí que estaba en un buen lugar para ser uno de los primeros en subir al transporte, ya que era uno de los más cercanos al palo que retenía un cartel que decía: Bus. Pero esto no era la cola de un restorante de comidas rapidas, basicamente aca no existía hacer cola.
Que incrédulo fui.
Cuando llegó el bus me cargue la mochila al hombro, y cuando terminé de hacerlo; se me imantó la impaciencia, la desesperación, la desilusión. El puto bus estaba repleto en una fracción de segundo. Esto no era ni una porción de lo que se vive en Argentina. El Sarmiento era un nene de pecho al lado de este pedazo de chapa con ruedas. No solo por el trayecto sino por la cantidad de gente. – (que viajan en los techos) y hace trayectos de días.
Tomé la dedición de esperar el siguiente bus, para esa ocasión ya sabría un poco más de como moverme. Activé mi astucia latinoamericana que tenia en desuso por mi largo paso por Europa. Además no tenía otra opción, tenia que llegar a la otra ciudad.
Oscureció con la misma rapidez que con la que se llenó el colectivo, las cosas iban pasándome sin darme cuenta ya hacía unos meses, pero este lugar era potencialmente más rápido. Debía ser por la cantidad y calidad de cosas en las que me detenía a analizar, a reconocer, a estudiar. Tantas cosas nuevas. No tenia el espacio mental como para darme cuenta de un atardecer o de las cosas que suelo ver, más bien estaba concentrado en lo nuevo. Entonces concluí que acá las cosas no pasaban rápido, sino que era yo quien le otorgaba velocidades a algo que no va para adelante ni para atrás. ¿Qué sabrá el atardecer, del tiempo, de la velocidad? ¿Por qué el ser humano le pone nombre a todo?
Quería viajar solo. Quería estar por un tiempo sin nombrar, sin categorizar, sin persuadir a la demás gente de mi visión del mundo. ¿Por qué queremos persuadir todo el tiempo? ¿Por que nos seduce la idea de tener más gente de ‘nuestro lado’?. ¿Por qué no podemos estar solos? Si, no podemos, ya lo sabemos. Cada vez que se nos presenta la oportunidad de sentirnos solos, ‘solo’ tenemos angustia. ¿Y por qué?.
Me di cuenta que prácticamente estaba empezando a hablar, sin tener un receptor. Otra forma de no sentirme solo en esta inmensidad furiosa. Reí, me sentí acompañado, me sentí conmigo mismo, como cuando me acostaba en el diván. El niño que tenia al lado se rió también, le soltó la mano a la madre, se me acercó y me hizo unas señas raras. Tenia un flequillo picaro y unas comisuras interminables que me llenaron de niñez. Creo que quería jugar a algo. Respondí de inmediato a su propuesta gestual. Le mostré una moneda de un euro y se la hice desaparecer. Rió mucho, ese niño era muy agradable. Se la terminé regalando. Al cabo de 5 minutos, tenía 10 niños al derredor intentando ganar mi atención a cambio de algunos céntimos de euro. Por lo menos ya no me estaba aburriendo. Y cuando menos lo imaginé llegó el otro bus.

© Julián Sosa

lunes, 3 de marzo de 2008

Algún lugar encontraré

La historia de mis manos

No sentí las manos, la sangre no estaba, hace unas horas que me venia pasando, no podía agarrar, no podía tocar, solo me quedaba todo lo demás. Podía perseguir el perfume, podía escuchar, podía ver, podía besar, pero sin acariciar. Pero algo de vida les quedaba porque temblaban, de una forma independiente, se habían separado de mi, estaba pasando por una revolución en mi cuerpo. Podía esperar, podía recordar, anhelar, soñar, llorar, exigir, respetar, pasar de todo, cometer errores, reconocer, perdonar, degustar mil vinos de diferentes emociones. Pero no tenía mis manos para sentir todo eso. Me desesperé llegue a pensar que mi vida iba a ser la nada misma sin ellas. ¿Que sería de mi?, todo lo que se hacer en mi vida lo aprendí de ellas, es mi parte más sabia, quienes reciben todos los regalos de las serenatas del tacto. ¿Cómo iba a hacer música? ¿Cómo iba a escribir? ¿Como iba a resbalarme en pieles extrañas? ¿Que sería de mi vida sin poder estrecharlas? sin poder abrazar, sin poder descargar la amargura frente a un placard, detonar emociones en la percusión, no podía rascar las comezones que da la sal de la ansiedad. Era desesperante. Estaban heladas.
Ahora cerré los ojos. Esto era mucho peor. La mayor parte de mi vida estaba reciclada en imágenes. Pero me quedaba tranquilo por que todavía las podía recordar. Solo que ahora tenia la penumbra por delante y tenia miedo de caerme. Caminé varias cuadras con los ojos cerrados y sin mis manos, que a esta altura ya se habían caído al piso y era imposible encontrarlas. Segundos después me choque con algo macizo, creo que era un asiento de madera, mi rodilla vino a dar con la punta, me estremecí de dolor. Detuve el paso, no pude evitar abrir los ojos. Giré hacia atrás para ver si veía mis manos, pero no.
Que decepción.
Entré a un bar cubano, había estado allí quieto desde 1886, conservando mugres, historias, fotos, todas de centro América, el color de la pintura era de un viejo violeta furioso, ahora solo era el débil Lila que apenas sobrevivía, me impactó la foto de una mujer negra, la guarde en mi memoria para siempre. En la barra había un tipo de unos veintiocho años, tenia aspecto poco interesante, quise pedirle un cigarrillo y cuando vi el cigarro de su mano, vi algo sorprendente, me ilusioné muchísimo. Me acerque disimuladamente, pude ver el lunar, las uñas, pero no muy de cerca, hasta llevaba mi anillo, no podía creer lo que estaba viendo, todo esto era una pesadilla. Alguien tenía mis propias manos. Y yo no podía palparlas. Se me ocurrió la idea fugaz de pegarle, sacárselas y llevármelas para siempre a donde fuera. Pero claro, yo no podía hacer eso, yo no tenia con que pegar. Era mucha la impotencia que albergaba.
Tuve que aceptarlo, no podía hacer nada. Cuando lo encaré se hizo el desentendido, y me trató de loco, y la demás gente me miró mal. No solo fue eso sino que él agarró un bolígrafo y me escribió una frase: Lucha por lo que quieres y te las devolveré. Vete ya de aquí. Me sonrió con cierta complicidad, salí espantado. Lloré como nunca en mi vida. Deseé con mucha fuerza volver descifrar un acorde, palmar una espalda, contemplar con las huellas digitales el pasó del tiempo en mi piel, sacar fotos, detener el tiempo con un chasquido, empapar la nada con algún movimiento musical, dibujar, señalarte, señalarlos, señalarme. Secar mis lágrimas, secar mis inviernos. Hacer cosquillas, agarrar cinturas de mi gente querida. Me desplome en la esquina, no pude evitarlo, el tiempo se condensó en el agua de mis mejillas. Sentí un calor inmundo. Exagerado de inmovilidad e impotencia.
Mire hacia arriba. Me pareció que la historia era un poco rebuscada. Doblé el papel y lo guarde para leerlo en unos meses. Que suerte que nunca extravié mis manos.

© Julián Sosa



domingo, 2 de marzo de 2008

Tráfico Indio Jajaja