Percibiendo movimientos

Janis Joplin no me paraba de gritar, tampoco trate de convencerla para que cantara mas bajo. Siempre me gusto que sea asi. Su garganta aspera y aguada comia mis oidos lentamente llevandome a un tiempo distinto que me hizo doblar la cabeza hacia la ventana. Un bar, el mejor estilo ingles. Y enfrente otro, con el mismo estilo. La lluvia me insitia mirandome a los ojos como alguien que miente sin ningun tipo de pudor, queria hacerme sentirme en algun lugar lejos de Asia, pero yo sabia que mentia, mentia infantilmente, y no tenia por que creerle. Yo no estaba en Londres, ni mucho menos en Amsterdam. Aunque algunas calles se pongan los pantalones mas modernos.
Con las cosas claras trate de encontrarme. Yo no vine aca a tomar cerveza de marca.
Yo tampoco vine a pulirme como yonki. Comerciar condimentos que matan a largo plazo, que solo te venden un minuto de silencio, y un dia de desgano. En un abrir y cerrar de ojos estaba en occidente otra vez. Las camisetas de futbol, los lentes de sol, los pantalones de jean, los autos, la cerveza, los bares, las bandas de rock.
Y yo desamparado, como un indio que manejo toda la vida un rickshaw y le ponen un auto 0 km en sus manos. Haber estado 3 meses en la India, me acostumbro a muchas cosas, me ensenio otras, me hizo conocer, me mostro lo mejor y lo peor. Pero siempre bajo la premisa de lo nuevo y lo especial. El pico maximo fue justo mi ultimo dia en Varanasi, donde experimente las sensaciones mas intensas de mi vida. Donde por un lado te invita a darle la mano a la muerte, a acariciar la mierda de los rincones, esos rincones llenos de esos pequenios vampiros llamados dealers, gente cagando al lado mio, gente llorando al difunto, chicos mendigando, gente riendo la mejor musica de la India condensada en el Ganjes. Todo compacto como un Mc combo de sensaciones inexplicables, de cosas no compatilbes. Como comer papas fritas con torta de chocolate. Y deberia de hacer el ejemplo con comidas mas exoticas, pero es lo primero que se me ocurre.
La india te invita a la naturalidad, al hacer lo que realmente sentis, te ofrece tantos lugares y la libertad de vistar el que quieras, es generosa y te da todo por algunos pesos.
Podes sentarte en algun bar y hacer amigos con chasquido de dedos. Encotrar gente sumanente interesante en cada uno de sus rincones. Y todo eso tan espontanio a lo que me fui acostumbrando y sabiendo que es el estilo que siempre me sedujo para vivir, y no digo que voy a vivir en la India sino que todo esto que aprendi y que de antes ya admiraba sin saber bien lo que era, ahora lo voy a implementar siempre, por que ahora lo pude palpar y masticar.
Y ahora en Nepal, vuelvo a ver esas cosas que vi toda mi vida (esas cosas tan banales como arreglarse para salir, que no estan mal pero me aburren sobremanera) y es como encontrarme con una ex en el supermercado. La verdad que me incomoda bastante, ahora siento que necesito estar tirado en un chill out con mis amigos de la india tocando la guitarra. Pero yo creo que no es nada grave, es solo cuestion de costumbre, tampoco quiero decir que Nepal no me guste, me encanta y tiene otras cosas que la India no tiene, es mucho mas ordenado , menos ruidoso, gente mas educada, y construcciones mas delicadas y chinescas. Pero claro, uno siempre desea lo que no tiene. Y con respecto a lo de la costumbre, el hombre se acostumbra a todo. Y digo a todo sin ninguna duda. Y digo por que me puedo acostumbrar a trabajar todos los dias, a no tocar con mi banda, a estar solo, a estar acompaniado, a estar todo el dia al pedo. Pero se que no me va a costar, por que son cosas que tengo bien claras y que todo tiene un ciclo y un precio, que esto es solo un viaje dentro de los tantos que promete mi deseo.

Kathmandu, Nepal. 20 de junio de 2008, 15:13.
© Julián Sosa